Un sistema ERP se ha convertido en una de las herramientas más importantes para que las empresas puedan crecer, mantenerse competitivas y adaptarse a los cambios del mercado. Según estadísticas de G2, las principales razones para implementar un software ERP son el aumento de la eficiencia (35%) y la reducción de costos (29%). Sin embargo, antes de decidir qué opción implementar, es fundamental conocer los tipos de ERP que existen y cómo elegir el más adecuado según el tamaño y necesidades de la organización.
Tipos de ERP según el tipo de instalación
El ERP en la nube es un software alojado en servidores externos al que se accede a través de Internet. Permite consultar la información del negocio desde cualquier dispositivo y ubicación, lo que facilita la movilidad y la flexibilidad.
Este modelo es el preferido por muchas empresas. Según G2, el 62,7% de las organizaciones prefiere un ERP en la nube frente a uno local, principalmente por ventajas como:
Para las pymes, este modelo resulta especialmente atractivo porque evita el gasto en infraestructura tecnológica y ofrece flexibilidad para crecer sin complicaciones.
El ERP on-premise se instala directamente en los servidores de la empresa. Su uso no depende de una conexión a internet, lo que da un mayor control interno de los datos.
Sin embargo, esta opción suele implicar una inversión inicial más alta y mayores costos de mantenimiento. También requiere personal especializado para asegurar el funcionamiento y seguridad del sistema.
Entre sus características destacan:
Por ello, este modelo suele ser elegido por grandes empresas que cuentan con recursos para mantener la infraestructura y priorizan el control total sobre su información.
El ERP horizontal está diseñado para adaptarse a una amplia variedad de empresas, independientemente del sector. Suele incluir módulos como:
Su versatilidad lo convierte en una opción popular entre pequeñas y medianas empresas, ya que ofrece funciones generales que responden a las necesidades básicas de cualquier organización.
El ERP vertical está diseñado para atender necesidades específicas de una industria en particular, como la construcción, la salud, la manufactura o el retail.
Sus principales características incluyen:
Aunque es más común en grandes empresas, cada vez más pymes optan por versiones verticales que les permiten mejorar la gestión de sus procesos clave.
El mercado ofrece múltiples ejemplos de ERP, y cada modelo puede resultar más o menos adecuado dependiendo de la estructura de la organización.
Estos ejemplos muestran cómo cada compañía puede encontrar una solución ajustada a sus recursos y objetivos.
Seleccionar el software ERP correcto requiere analizar tanto el modelo de instalación como las funciones disponibles. Algunos aspectos clave a considerar son:
El ERP de la empresa no solo organiza procesos, también unifica la información en una sola plataforma. Esto mejora la comunicación interna, facilita la toma de decisiones basada en datos y optimiza la productividad.
En este sentido, implementar un sistema ERP es más que una inversión tecnológica: es una herramienta estratégica para lograr eficiencia operativa, reducción de costos y una gestión más precisa de todas las áreas del negocio.
Adoptar cualquiera de los tipos de ERP disponibles ofrece beneficios que impactan directamente en la rentabilidad y el control de la empresa:
Estos beneficios hacen que, independientemente de su tamaño, toda empresa pueda aprovechar las ventajas de un software ERP.
El mercado ofrece diversos tipos de ERP, desde soluciones en la nube hasta sistemas verticales diseñados para industrias específicas. La clave está en analizar las características del negocio, definir las prioridades y elegir un modelo que asegure eficiencia, escalabilidad y un control integral de los recursos.
Para las pymes, un ERP en la nube suele ser la opción más eficiente y económica. Para empresas medianas o grandes, los sistemas híbridos o verticales ofrecen un nivel de personalización superior. En todos los casos, el ERP de la empresa se convierte en un aliado clave para la competitividad.