Mantener la salud financiera del negocio en sus mejores condiciones es una de las preocupaciones principales de todo empresario. Lograrlo implica una serie de estrategias, entre los cuales destaca el correcto equilibrio entre el flujo de caja económico y financiero.
Cuando lo consolidamos, tenemos mayores probabilidades de incrementar la liquidez y solvencia del negocio en un marco de rentabilidad y optimización de los recursos disponibles.
Se trata de mantener un balance saludable entre la generación de efectivo mediante las principales actividades del negocio y la gestión adecuada de las operaciones financieras, procurando la una continuidad del negocio sin problemas económicos en el futuro inmediato.
Para entender el asunto un poco mejor, vale la pena recordar en qué consiste cada concepto, las diferencias que guardan entre sí y su importancia en la salud financiera de una empresa.
Se refiere al dinero generado por la empresa y utilizado en las operaciones regulares, así como para cubrir deudas y distribuir utilidades entre los accionistas.
Es de suma importancia porque ofrece una visión de la rentabilidad verdadera del negocio al considerar los costos e ingresos reales, incluyendo la depreciación y otros gastos no monetarios.
Dicho de otra manera, al analizar los componentes del flujo de caja económico, podemos determinar la capacidad de la empresa para producir dinero en efectivo mediante sus actividades principales y cubrir sus operaciones sin depender de financiamiento externo.
Es uno de los flujos de caja más importantes que existen.
Su relevancia radica en que se enfoca en las transacciones que involucran movimientos de efectivo reales, reflejando la liquidez de la empresa.
Como tal, abarca operaciones financieras más allá de las actividades centrales del negocio, como préstamos, inversiones, financiamiento pago de obligaciones crediticias, retiro de utilidades, etc.
Ahora que vamos dilucidando la importancia de evaluar los componentes del flujo de caja financiero y económico, así como de mantener un balance entre ellos, podemos presentar algunas recomendaciones para lograrlo:
Llevar un registro contable y financiero claro, preciso y actualizado.
Los presupuestos deben ser muy detallados y considerar tanto los ingresos y gastos de las operaciones diarias (flujo de caja económico) como los flujos de efectivo relacionados con operaciones financieras.
Al final, la conciliación de ambos flujos es crucial para proporcionar una imagen completa de la capacidad de una empresa para generar valor y mantener la solvencia, alineando las operaciones económicas con la realidad financiera y asegurando la sostenibilidad a largo plazo de la organización.
Lograrla hoy en días es mucho más fácil que hace unos años, pues tenemos a nuestra disposición sistemas ERP avanzados como Defontana.
Además de permitirnos visibilidad completa de todos los recursos de la empresa, nos permite llevar un registro en tiempo real de todos los movimientos económicos y generar automáticamente informes para el análisis.