Dada la estrecha relación y similitud entre los conceptos inventario y stock, tendemos a confundirlos y usarlos de modo indistinto. Sin embargo, guardan ciertas diferencias entre sí.
Conocer la diferencia de estos términos ayuda cuando queremos implementar una gestión logística, de almacenes e incluso contable, más precisa y profesional.
Se trata de un registro detallado de los elementos activos que conforman el patrimonio de una empresa, aunque en la gestión de almacenes e inventarios suele enfocarse únicamente en materias primas e insumos destinados a la fabricación de productos, o mercaderías que serán vendidas.
El objetivo es visualizar cuántas unidades hay de cada referencia, dónde están y cuál es su costo, para optimizar el control sobre los activos y los procesos de almacenamiento y distribución.
En ese sentido, encontramos diferentes métodos de inventarios:
Se trata de la materia prima o mercancías que ya tenemos en el almacén listos para ser entregados a los consumidores finales. Es decir, no incluye ningún otro tipo de activos y supone una condición imprescindible para que el cliente final sea atendido.
En su gestión, cada producto o materia prima suele identificarse de forma particular con el término «ítem». Por ejemplo, una tienda de ropa minorista cuenta con un stock de calzado, jeans, camisas, etc.
En cierta forma, el stock es un componente de la gestión de almacenes e inventarios, específicamente en la última fase la cadena suministro. De ahí la relación entre los dos conceptos. Pero veamos en detalle las diferencias:
Hoy en día el mercado ofrece muchas herramientas para la organización de inventario. Una de ellas son los software de punto de venta , donde podemos gestionar las existencias de la empresa teniendo en cuenta estas diferencias y, por lo tanto, dándoles el tratamiento correcto en función de la naturaleza, fines y particularidades de cada artículo. Algo indispensable para optimizar procesos logísticos, comerciales, contables y administrativos.