¿Cuántas categorías de remuneraciones existen?

Pagar las remuneraciones es una de las principales obligaciones que adquirimos al contratar trabajadores. No hacerlo en los términos y condiciones que la ley establece puede acarrear inconformidades que afectan la productividad e, incluso, derivar en conflictos legales.

En ese sentido, resulta de suma importancia conocer los tipos de remuneraciones en Chile, conceptos indispensables para gestionar correctamente la nómina de tu empresa.

¿Qué tipos de remuneraciones hay y en qué categorías se clasifican?

El artículo N.° 41 del Código del Trabajo define las remuneraciones como la retribución económica que se paga a los trabajadores por el cumplimiento de las labores acordadas en el contrato laboral.  

En la misma línea, el artículo N.° 42 de la normativa establece los siguientes tipos de remuneraciones en Chile: 

  • Sueldo: monto base fijo, obligatorio y en dinero pagado por períodos iguales, que perciben los empleados por su trabajo. 
  • Sobresueldo: horas extras o tiempo trabajado fuera de la jornada laboral pactada en el contrato. 
  • Comisión: porcentaje de las ventas u otras operaciones en las que colabora el trabajador. 
  • Participación: porcentaje de las utilidades de la empresa que compartimos con los trabajadores. 
  • Gratificación: corresponde a un porcentaje de las utilidades con que beneficiamos el sueldo del empleado. Se diferencia de la participación en que su origen es legal y no contractual.
  • Bonos: no están tipificados en la normativa, pero la Dirección del Trabajo ha sido clara al determinar que constituyen remuneración. Corresponden al cumplimiento de condiciones especiales, como puntualidad, monto de ventas, antigüedad, etc. 

También es importante destacar que los tipos de remuneraciones reseñados anteriormente se clasifican en tres categorías: 

 

Remuneraciones Ordinarias

 

 

Remuneraciones extraordinarias

 

 

Remuneraciones especiales

 

Son aquellas que surgen producto de la retribución de los servicios prestados. En consecuencia, tenemos que pagarla con una periodicidad determinada. 

Los ejemplos más claros son el sueldo y las comisiones. 

Estos pagos se realizan como retribución por servicios prestados ocasionalmente.

Por ejemplo, las horas extras. 

Como su nombre lo indica, son remuneraciones originadas en función del cumplimiento de circunstancias especiales, como los bonos.

Otras categorías de remuneraciones 

Además de las categorías antes descritas, la legislación laboral incluye otras que vale la pena tener en cuenta: 

Fijas y variables

Las remuneraciones fijas son aquellas cuyo monto no varía en los períodos de pago, como el sueldo base. 

Las variables, como su nombre lo indica, son aquellas en las que el resultado final puede variar de un período de pago a otro, como ocurre con las comisiones.

Principal y accesoria

La remuneración principal es aquella pactada en el contrato como fundamental, cuyo monto y periodicidad de pago no depende de la existencia otras contraprestaciones. El ejemplo más típico es el sueldo base. 

Las remuneraciones accesorias son aquellas que implican la existencia de la contraprestación principal. Por ejemplo, las horas extras.

Asignaciones que no constituyen remuneración 

Ya sabemos qué tipos de remuneraciones hay y cómo se clasifican. Sin embargo, y de acuerdo con lo establecido en el artículo N.° 41 del Código del Trabajo, hay una serie de asignaciones que no pueden considerarse como remuneración:

  • Movilización
  • Pérdida de caja
  • Desgaste de herramientas y de colación
  • Viáticos
  • Prestaciones familiares
  • Devoluciones de gastos en que se incurra al ejecutar el trabajo
  • Indemnización por años de servicios y demás que procedan al finiquitar la relación laboral. 

Es muy importante que gestiones a la perfección el concepto de remuneración, pues así el cálculo de la nómina siempre se ajustará a la legislación laboral. 

Para hacerlo, es recomendable implementar un software especializado que automatice este proceso y elimine las probabilidades de error, como Zenda, de Defontana.

Con Zenda, podrás agilizar el proceso en torno al cálculo y pago de las remuneraciones, evitando inconsistencias y mejorando la relación con los trabajadores de tu empresa, además de incrementar la productividad en el área de Recursos Humanos.

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