Cómo adoptar las IFRS sin morir en el intento

A partir de 2009 se adoptan en Chile las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF), también conocidas como IFRS por sus siglas en inglés (International Financial Reporting Standards). Este protocolo busca homogeneizar la forma en que las empresas emiten sus datos contables a nivel mundial, de manera que sea más fácil invertir en el extranjero, mejorar el análisis de riesgo y poder hacer comparaciones más exactas.

En Chile, todas las sociedades anónimas abiertas que están fiscalizadas por la SVS (Superintendencia de Valores y Seguros) deben adoptar estas normas. A partir de 2014 comienzan a ser obligatorias para las Pymes en su versión EPYM y, en 2016, pasan a serlo para las entidades de gobierno en su versión SP (aplicadas al sector público). 

¿Para qué sirven las IFRS?

Hay que entender que la utilidad de estas normas reside en ordenar la contabilidad -y las finanzas en general- para facilitar la toma de decisiones. Entre las ventajas de adherir a las IFRS, vale la pena destacar:

  • Mejora la credibilidad ante inversionistas extranjeros.
  • Permite ubicar a la empresa en un estándar global.
  • Incrementa las posibilidades de acceder a capitales en otros países.
  • Busca aumentar la transparencia de la información entregada por empresas.

Por lo anterior, más que una obligación, la adopción de las IFRS es una oportunidad para que las organizaciones puedan implementar un lenguaje global que les permita optar a más y mejores oportunidades de negocio.

Historia de normativas de información financiera en Chile

Antes de 1973 sólo existían pautas de normas contables locales, impidiendo que los extranjeros que quisieran invertir pudieran entender con claridad los datos expuestos. Sin embargo, ese año se creó la International Accounting Standard Comitee (IASC) gracias a un convenio entre países como Holanda, Inglaterra, Australia, Estados Unidos y Japón, entre otros. Tiempo después, el organismo pasó a llamarse International Accounting Standard Board (IASB).

La entidad estableció la Norma Internacional de Contabilidad (NIC), la cual funcionaba de forma paralela a los estándares locales de cada país. Estados Unidos nunca estuvo de acuerdo con ellas y prefirió seguir con su propio sistema (USGAAP). Sin embargo, fraudes de empresas como Enron o Worldcom -que se valían del sistema de información financiera norteamericano- dieron paso a una comisión para levantar normas más íntegras y transparentes, las cuales derivaron en lo que conocemos como IFRS.

Adaptación

Uno de los temas que más preocupa a las empresas es tener que capacitar a su personal en IFRS. También existen reservas en cuanto a la eventual pérdida de información que pudiera ocurrir al cambiar la forma de presentar la información financiera. 

Ante estas inquietudes, Defontana ha incorporado a su software ERP una actualización que integra la antigua normativa PCGA (Principios de Contabilidad Generalmente Aceptados) con IFRS. Debido a que no son datos diferentes, sino que formas distintas de abordar la información financiera, este programa sigue trabajando paralelamente con ambas normativas, evitando la pérdida del historial financiero de la empresa, además de homogeneizar datos de gran valor para la apertura hacia nuevos mercados.

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