En busca de la maximización de utilidades de una empresa, es esencial realizar en conjunto el trabajo de las distintas áreas. Hoy daremos énfasis a una de ellas: el control de inventario. A continuación, vamos a evidenciar por qué es de suma utilidad generar el análisis de control de inventario apoyándose en la curva ABC.
Esta curva representa el porcentaje de costo de inventario con respecto al porcentaje de artículos que generan el costo en cuestión. Es decir, permite identificar cuáles productos generan un mayor o menor impacto en los beneficios de la empresa. Para esto, los artículos se clasifican en 3 categorías: A, B y C, en base al valor que generan para la empresa, donde los “tipo A” son los más valiosos, mientras que los “C”, los menos valiosos.
Una vez clasificados los productos, se deben generar acciones para cada uno. Por ejemplo, dado que los artículos tipo A generan una alta facturación en la empresa, la gestión del inventario de estos productos debe estar orientada a mejorar las proyecciones de demanda y evitar los quiebres de stock, ya que el no poseer estos artículos, generan una gran pérdida de negocio.
Con respecto a la categoría B, son productos que deben estar permanentemente monitoreados, ya que pueden pasar a ser tipo A o tipo C. Finalmente, los tipo C, son productos que generan un bajo porcentaje de las ventas de la empresa, por lo que suele utilizarse que se pidan productos cuando se haya vendido el último en stock, dado que no es urgente la existencia o no de estos productos.
Este análisis permite enfocar los esfuerzos en los productos más relevantes para la empresa, con el fin de evitar pérdidas de negocio, y aumentar la eficiencia en el control de inventario.
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