Toda empresa debe realizar un cierre anual para cumplir con su año fiscal y las leyes tributarias. Esto incluye la preparación de ciertos informes para entender su situación financiera, así como el posterior pago de impuestos.
Aunque es un proceso rutinario, puede resultar confuso para algunas personas, sobre todo cuando escuchan hablar de otros términos relacionados como año tributario. Sin embargo, es importante saber que no son lo mismo.
En este artículo, encontrarás en qué se diferencian ambos.
¿Qué es el año fiscal?
Es el período contable anual de una empresa. Tiene una duración de 12 meses consecutivos, pero no siempre coincide con el año natural, que va del 1 de enero al 31 de diciembre.
Las empresas y los negocios utilizan sus años fiscales para los procesos presupuestarios, las declaraciones de impuestos y otros fines relacionados. En Chile, el año fiscal coincide con el año natural en el sector público; no obstante, algunas empresas deciden ajustar sus años fiscales para que sean compatibles con la industria en la que operan.
Por ejemplo, para muchos negocios el año fiscal va desde el 1 de febrero hasta el 31 de enero, ya que así se pueden incluir las ventas navideñas. De este modo, los informes se basan en estas fechas.
¿Qué es el año tributario?
Es el año en el que se deben pagar los impuestos. Para ello, las empresas, los contribuyentes y las personas naturales deben presentar la Declaración de Renta mediante el formulario 22, donde se presentan cada uno de los ingresos obtenidos en el año contable anterior.
Este trámite pone fin al año comercial, siendo indispensable que las empresas cumplan con todas sus obligaciones tributarias de acuerdo a lo establecido en la Ley del Impuesto a la Renta (DLN°824) y la Ley 21.210 de Modernización Tributaria.
Ejemplo de año fiscal y tributario
Para ilustrar mejor la diferencia entre los años fiscal y tributario, toma por ejemplo una empresa cuyo año fiscal comprende del 1 de febrero hasta el 31 de enero.
En este caso, la empresa debe hacer el cierre fiscal tomando en cuenta todas las ventas generadas durante este plazo de 12 meses. Para ello, se calculan los beneficios obtenidos con informes de ingresos y egresos, y se determina cuánto es necesario pagar de impuestos en el siguiente período tributario.
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